martes, 21 de junio de 2022

Nulidad del Contrato Arbitral de 1897 por estafa contra Venezuela

 Olney y Pauncefote, funcionarios públicos cómplices, actuaron contra la justicia y el derecho al insertar reglas no deseadas por Venezuela y que ningún hombre normal (buen padre de familia) hubiera aceptado

  • NELSON RAMÍREZ TORRES 
    Publicado el 21/06/2022  
    EL UNIVERSAL

  • Venezuela (mandante) confió a EEUU (mandatario) su representación frente a Gran Bretaña (GB) para redactar las reglas del contrato arbitral de 1897 (CA) que acatarían los jueces del Laudo Arbitral de 1899. Al ponerse de acuerdo EEUU, representado por su secretario de Estado, Richard Olney, y GB, representada por su embajador en Washington, Julian Pauncefote, el mandatario y consejero de Venezuela incurrió en colusión con GB (pacto fraudulento contra Venezuela).

    Olney y Pauncefote, funcionarios públicos cómplices, actuaron contra la justicia y el derecho al insertar reglas no deseadas por Venezuela y que ningún hombre normal (buen padre de familia) hubiera aceptado porque, evidentemente, de antemano se sabía que la dañarían. Olney dejó de hacer lo que hubiese hecho un buen padre de familia. Con artificios engañó a Venezuela, representada por José Andrade, a quien hizo firmar el CA, imponiendo reglas que significaban renuncia de los derechos.

    Explica el sacerdote Hermann González Oropeza que fueron EEUU (Olney) y GB (Pauncefote) quienes negociaron y firmaron, el 12 de noviembre de 1896, el documento intitulado “Bases de la Proposición de Tratado entre Gran Bretaña y Venezuela… acordado por Gran Bretaña y los Estados Unidos”, título que, precisa González, “es un símbolo de que estos artículos fueron el resultado de un compromiso del que Venezuela no se enteró sino por la prensa”.

    “El ministro venezolano en Washington, José Andrade, estaba informado, aunque muy someramente, de las negociaciones que Olney mantenía con el Reino Unido entre enero y junio de 1896 referentes a nuestra Guayana; pero en el momento crucial de las mismas, septiembre a noviembre de 1896, fue mantenido en completa oscuridad (MRE de Venezuela; Gran Bretaña, vol. 174-79)”. Señala González que en octubre de ese año se reiniciaron las negociaciones sobre el CA acerca de los límites, y que a pesar de que Olney sabía ya a que atenerse con respecto a la posición venezolana sobre la prescripción, no mantuvo una postura firme frente a Pauncefote, sino que tomó una actitud complaciente con GB.

    No importaba, dice González, que el ejecutivo de Venezuela volviera a repetir que no podía aceptar la cláusula de prescripción “para no contraer una responsabilidad abrumadora ante sí mismo, ante todo el país, ante la América y ante la Historia”. “Olney prosiguió adelante su negociado con Pauncefote, con absoluta prescindencia de lo que pudiera decir el Gobierno venezolano”. Andrade informó a Caracas, el 3 de noviembre de 1896, sobre tres entrevistas con Olney, y que sus preguntas sobre el arbitraje eran respondidas con la frase: “Nada nuevo, el negocio se está tratando sobre la base que usted sabe”. Para esta fecha “Olney había ya consentido a todos los deseos ingleses. (MRE. Gran Bretaña, t. XXXI)”.

    “Andrade procuraba asegurarse del alcance de las cláusulas de prescripción”. Preguntaba a James Storrow, enlace entre Olney y Andrade. Desde Caracas, dice Andrade, el Gobierno “volvía a insistir en la imposibilidad de aceptar un tratado sobre esa base, aunque todavía estaba en ayunas de lo que se negociaba a sus espaldas”.

    Andrade vino a Caracas con una carta del presidente estadounidense Stephen Grover Cleveland para el presidente Joaquín Crespo. Venezuela se resistía a aprobar el CA. Los círculos diplomáticos latinoamericanos se pronunciaban igualmente en contra, y criticaron la debilidad de EEUU, al descender de su anterior postura de firmeza. Los políticos estadounidenses se pronunciaron en contra, y la prensa de allá presentaba como el dilema del momento venezolano, la alternativa de Presidente o pueblo; pues aunque el Presidente se disponía a aprobar el tratado, la prensa y el pueblo se oponían al mismo”. Olney “intimó” a Venezuela a que procediera a detener esas críticas.

    Venezuela firmó el CA creyendo que la regla de la prescripción, explica González, “no podía aceptar sino los terrenos comprendidos en el triángulo formado entre la desembocadura de los ríos Moroco, Esequibo y Cuyuní, donde sí podría haber prescripción adversa anterior a 1814, y a la que sí podría atribuírsele una extensión de 50 años”.

    En febrero de 1899, Benjamin Harrison (abogado de Venezuela designado por EEUU), ante la pregunta, dentro del juego simulado de cómplices, de si objetaba el planteamiento de la interpretación inglesa de la regla de prescripción, respondió: “Prefiero no contestar, si me lo permite, después en el caso espero hacerme claro”. Preguntado, develó su connivencia con Olney al insólitamente responder: “No pretendo contradecir la interpretación que Sir Richard le otorga a todo ello”.

    En agosto de 1899, interrogado Harrison sobre la prescripción del CA, respondió a Lord Russell (juez británico) con esta frase reveladora de la complicidad: “con respecto a la aplicación de esta regla al período de 1814, Venezuela no retiraba su argumento pero lo sometía al Tribunal para su consideración a la luz de la correspondencia diplomática entre Mr. Olney y Sir Julián Pauncefote”.

    Bajo la premisa de que Harrison no fue sincero ni lógico con Venezuela, se evidencia su deslealtad, y que sus pseudoargumentos (no refutaron las afirmaciones del contrincante y eludieron defender a Venezuela) formaron parte de la estructura de la estafa que comenzó 1896 para concretar el CA en 1897 y continuó para alcanzar el Laudo Arbitral de 1899


    nelsonramireztorres@gmail.com

No hay comentarios.:

Publicar un comentario